Cómo guardar los alimentos en el congelador

El congelador es uno de los electrodomésticos más útiles de nuestra cocina. Nos ayuda a conservar los alimentos por mucho más tiempo con las mismas -o casi- propiedades organolépticas, tanto si los hemos comprado congelados o si los decidimos congelar porque nos ha sobrado algo que hemos cocinado ya.

Aunque la congelación es uno de los métodos de conservación de alimentos más simple, no siempre es tan fácil como guardar el alimento en cualquier cajón del congelador ¡y listo! Para garantizar su calidad y frescura, para asegurarnos que, por ejemplo, unas croquetas o unos buñuelos de bacalao Maheso se conservan hasta que decidamos prepararlos y saborearlos, es necesario que tengamos en cuenta algunas recomendaciones.

Para empezar, hay que saber que con la congelación se consigue que la comida se quede tan fría que toda el agua que contiene se convierte en hielo. Pero esta congelación no destruye por completo las bacterias, por lo que, si los alimentos se han contaminado con algo “peligroso”, la congelación no lo hará más seguro. Ahora bien, con la congelación se evitará que los organismos se multipliquen y, por tanto, los alimentos no se estropean.

Por otro lado, ciertos alimentos se congelan mejor que otros, otro factor a tener en cuenta. Y también es importante recordar que la congelación prolongada puede afectar a la calidad o textura de los alimentos. Y, por último, los alimentos congelados no duran para siempre, por lo que debemos tener en cuenta hasta cuándo es seguro comer nuestras comidas congeladas. Por ejemplo, en los productos Maheso siempre encontrarás una fecha de consumo preferente y de caducidad.

Además de estos aspectos, desde Maheso queremos indicar aquí algunos consejos prácticos sobre cómo guardar correctamente los alimentos en el congelador.

5 trucos para congelar bien los alimentos

1. Hay que colocar los alimentos siempre en un recipiente hermético o envolverlos en plástico o papel de aluminio antes de congelarlos. No es recomendable congelarlos sin un envoltorio, porque la comida puede perder gran parte de su humedad si se expone al aire cuando se congela.
2. Guardar los alimentos en el congelador siempre fríos. Si se introducen todavía calientes, se calentará el interior del congelador, y eso podría afectar al resto de alimentos congelados y también estropear el congelador.
3. Si lo que se congela es líquido, no llenar el recipiente, dejar espacio extra. Los líquidos se expanden a medida que se congelan, y ese aumento del volumen podría romper el recipiente.
4. Etiquetar los alimentos congelados con una fecha de caducidad. Los alimentos congelados no son eternos. Hay que calcular cuánto tiempo se mantendrán correctamente. Y siempre colocar los que duren más al fondo, y los que se tengan que consumir antes, más a mano.
5. No congelar nuevamente los alimentos descongelados. Cuando los alimentos se descongelan, las bacterias pueden multiplicarse con rapidez, especialmente a temperatura ambiente. Si se vuelven a meter en el congelador, las bacterias sobreviven y es más probable que alcancen niveles dañinos en el segundo deshielo. Sin embargo, sí se puede volver a congelar si se han cocinado tras la primera descongelación, ya que las bacterias se eliminan en el proceso de cocción.

¿Qué alimentos se pueden congelar?

No todos los alimentos soportan de la misma manera la congelación. Por ello es aconsejable tenerlo en cuenta. Aquí algunas recomendaciones:

• Carne cruda. La mayoría de las carnes crudas se pueden congelar sin que su sabor o textura se vean afectados.
• Carne cocida. Se suele secar un poco, así que es más recomendable congelarla en salsa.
• Pan. Hay que evitar que le dé el aire para que no se seque y se estropee, así que hay que envolverlo muy bien en plástico o papel de aluminio. Es muy práctico congelarlo incluso en la medida que a posteriori lo necesitaremos, para solo sacar lo que se vaya a consumir.
• Sopas y cremas. Es de los platos más “complicados” y no se recomienda su congelación. Por ejemplo, las cremas tienden a separarse, mientras que las sopas con pasta o de fideos pierden su textura. Si se congela caldo casero, hacerlo colado y en recipientes sin llenar del todo.
• Productos lácteos. No es muy recomendable congelar los lácteos, ni platos que lleven lácteos, especialmente las cremas y los quesos blandos, ya que tienden a no congelarse bien.
• Verduras frescas. Algunas verduras, como el brócoli, deben ser escaldadas antes de congelarlas para evitar la pérdida de textura. Por eso, lo más recomendable es comprarlas ya congeladas. En Maheso disponemos de una amplia gama de verduras congeladas que te darán todo el sabor y la textura que buscas en tus platos de verdura.
• Platos de pasta y de arroz. Se pueden congelar, sin problema, pero hay que tener en cuenta que la pasta se vuelve más suave si se congela y se vuelve a calentar, por lo que es mejor que la pasta o el arroz que se vaya a congelar esté un poco más dura o firme de lo normal.
• Fruta fresca. El problema de congelar las frutas es que a menudo se vuelven blandas cuando se descongelan.
• Comida frita. Para congelar bien la comida frita sería necesario un congelador profesional, como los que usamos en Maheso. Porque en casa, si congelas fritos, al descongelarlos perderán toda su frescura. Por ello, lo más recomendable es optar por platos precocinados como los de Maheso, porque si están fritos o prefritos cuando se regeneran no pierden su textura ni su calidad.
• Huevos. Si se congelan huevos en cáscara, se expandirán y romperán. Pero se pueden congelar huevos cocidos, por ejemplo.

En definitiva, ante la duda, mejor optar por productos ya congelados previamente de forma profesional, como los platos preparados y los platos precocinados de Maheso. Los alimentos llegan bien congelados, bien envasados y con la fecha de caducidad.

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